EL Romanticismo II

JOSÉ ZORRILLA

 

José Zorrilla nace en Valladolid en 1817 y fallece en Madrid en 1893.

Inició su carrera literaria leyendo unos versos en el entierro de Larra con los que adquirió gran fama.

Contrajo matrimonio con una viuda 16 años mayor que él, pero no resultó bien y huyendo de ella marcha a Francia y después a México en 1855, donde fue nombrado Director del Teatro Nacional.

Cuando regresó a España en 1866 fue recibido con entusiasmo, volvió a casarse y debido a sus grandes penurias económicas, las Cortes le concedieron una pensión.

La obra más importante de Zorrilla fue Don Juan Tenorio, publicada en 1844,  con la que el teatro romántico alcanzó su mayor éxito. Es heredera del Burlador de Sevilla de Tirso de Molina que también recoge la historia del seductor Don Juan.

ESCENA II (segunda), ACTO 4º DON JUAN TENORIO

 

Don Juan

¡ Ah! ¿No es cierto, ángel de amor,

que en esta apartada orilla

más pura la luna brilla

y se respira mejor?

 

Doña Inés

No, Don Juan, en poder mío

resistirte no está ya:

yo voy a ti, como va

sorbido al mar ese río

tu presencia me enajena,

tus palabras me alucinan,

y tus ojos me fascinan,

y tu aliento me envenena.

¡Don Juan!, ¡Don Juan!, yo lo imploro

de tu hidalga compasión

o arráncame el corazón,

o ámame, porque te adoro.

EL DUQUE DE RIVAS

 

Angel Saavedra y Ramirez de Baquedano, nace en Cordoba en 1791, dos años después de que estallara la Revolución Francesa, y muere en Madrid en 1865.

El Duque de Rivas tuvo una educación esmerada a cargo de eclesiásticos franceses huidos de la revolución francesa. Combate después en la guerra de la Independencia. Fue herido y dado por muerto, restableciéndose en el hospital de Baeza donde escribe el poema “Con once heridas mortales”.

En 1823 fue condenado a muerte y se confiscaron sus bienes por haber participado en el golpe de Estado de Riego en 1820, por lo que tuvo que huir a Inglaterra. Fue amnistiado en 1833 a raíz de la muerte de Fernando VII.

Sus obras más representativas son “El moro expósito” y, el drama escrito en prosa y verso, “Don Alvaro o la fuerza del sino” cuyo estreno, en 1835 fue un éxito. 

 

Hernando, Hernando, hijo mío

A tierras lejanas vas,

Donde nunca olvidarás

De mi noble sangre el brío

 

Nunca des a la codicia

En tu hidalgo pecho entrada

Flaqueza vil que degrada

El cuerpo y el alma vicia

 

Si llegas a obtener mando

Manda con moderación

Pero sólo y con tesón

Hazte obedecer Hernando.

Theme developed by TouchSize - Premium WordPress Themes and Websites